Se trata de
«Carreta fantasma», que el artista pintó en 1933 y es a su época
surrealista. La obra es mostrada en el Teatro-Museo Dalí de
Figueres.
Esta
pintura había formado parte de la colección de Edward James
(1907-1984), poeta inglés, conocido sobre todo por ser un ferviente
defensor del surrealismo. Fue mecenas de Dalí entre 1936-1939, así
como de René Magritte. Su casa, Monkton House, cerca de West Dean en
Sussex (Inglaterra) era un sueño surrealista: incluía objetos como
un gran sofá al que Dalí dio la forma y el color de los labios de
Mae West, el conocido sofá-labios, y el teléfono-langosta, en cuyo
diseño el poeta colaboró con Dalí.
En
el centro de una llanura árida y al mismo tiempo luminosa,
observamos una carreta de dos ruedas que se mueve en dirección hacia
un pueblo. La forma de la tartana tiende a mezclarse con la ciudad,
convirtiéndose, así, en su propio destino. Se trata de una ilusión
de perspectiva en la que la habilidad del pintor intenta confundirnos
una vez más. Donde esperábamos ver las ruedas, hay dos estacas
clavadas en el suelo. Los personajes que aparecen sentados en el
carro se identifican con la arquitectura de la ciudad del fondo. En
éste, como en otros juegos visuales propuestos por el pintor, tiene
un papel fundamental el método que Dalí bautizó como método
paranoicocrítico: "método espontáneo de conocimiento
irracional basado en la objetividad crítica y sistemática de las
asociaciones e interpretaciones de fenómenos delirantes”. Vemos
una tartana y una ciudad o ambos elementos a la vez.
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